Cada nota era una pulsación. Cada pulsación enviaba un impulso nervioso a mi cerebro; al rincón de nuestros recuerdos.
Ahí estabas tú, recorriéndome. Golpes, olía a sudor y a magia. Aquella sensación ansiada, escalofríos de placer que me hacían estremecer.
Respira, ahora me toca a mi. Soy una amazona. Mi ritmo acelerado lo siento.... como las zancadas de un caballo al galope… a cámara lenta.
Y… bang!
Brindemos por un orgasmo más.